Monte Perdido en el día: crónica de cómo no ir al monte
M. Merino 1, A. Olagüe 1, E. Galain 1, M. Etxandi 1
1 Departamento de montañeros sin cabeza, Sociedad Ikuztegi, 31797 Iraizotz
Abstract
El Monte Perdido es una de las cumbres más famosas del pirineo y uno de los "tresmiles" cuya ascensión es más sencilla y bonita en verano. Este artículo, presenta la crónica protagonizada por una cuadrilla de Iraizotz de como no ir a la montaña si lo que quieres es pasar un fin de semana tranquilo. Si te interesa vivir una aventura es posible que la (nula) metodología sea de tu interés.
Palabras clave: Monte Perdido, Aventura
Introducción
Monte Perdido es una montaña situada en el pirineo aragonés, concretamente en el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido [1]. Con una altitud de 3348 m es una de las montañas más altas del pirineo. Su ascensión es relativamente sencilla si se hace noche en el refugio de Góriz situado a mitad de camino desde la Pradera de Ordesa. Sin embargo, desde la cuadrilla decidimos que lo mejor era subirlo en el día y decidimos dormir en algún camping el día antes para evitar el madrugón. Se nos ocurrió que era una fantástica idea ir sin camping reservado un sábado 12 de agosto, "Ya habrá sitio", "Malo sea". Este artículo presenta las aventuras y desventuras del día y busca animar al lector a que planifica su excursión a la montaña algo mejor que nosotros.
Metodología
La metodología resultaba muy sencilla, salir el viernes por la tarde de Iraizotz camino Torla y buscar un camping para cenar y dormir. El día siguiente subiríamos a las 6 de la mañana hacia la pradera de Ordesa en autobús y de ahí comenzaríamos nuestra ruta: subir por la senda de los cazadores hasta Góriz, de ahí a la cumbre y después vuelta por la cascada Cola de Caballo. 35 km y 2500 m de desnivel positivo con lo justo de material, cuatro barritas, sin bastones, alguno siquiera llevaba un cortavientos, a ver "como iba a hacer frío un 12 de agosto". Después, volveríamos a Iraizotz y directos a fiestas del pueblo de al lado.
Resultados
Como era de esperar nos llevamos la primera en la frente, todos los campings estaban llenos así que tocaba improvisar algo para cenar y dormir. La cena no fue ni tan mal, unos macarrones que había de casualidad en el coche cocidos en un campingaz de los años 80. Dormir ya fue otra cosa, porque lo que es dormir poco dormimos en aquel "prau" encima de Torla, entre mosquitos, ronquidos y lo duro que estaba el suelo fue como una buena gaupasa. La subida al "Perdido" ni tan mal, muchas risas, alguno con calambres, otros pidiendo chaquetas en la cumbre del frío que tenían y un poco de surf bajando la escupidera. Ahora, el camino de 10 km de pista desde la Cola de Caballo... uff que largo se hizo, alguno estaba ya por llamar al helicóptero. Pero bueno, aunque sea llegamos vivos después de 12 horas de paliza.
Conclusiones
La conclusión principal de este trabajo es que si quieres ir al monte a disfrutar es mejor hacerlo planificando todo con calma y realizando la ruta en etapas cortas. Sin embargo, si quieres vivir una aventura es completamente recomendable ir como fuimos nosotros: coger una mochila, una cantimplora y algo de comer y para allá.
Agradecimientos
Quisiera agradecer a mi madre la chapa que me dio el día antes diciéndome que llevará mucha comida, que reservará alojamiento, que era mejor hacer la ruta en dos días... por animarme así a hacer todo lo contrario.
Referencias
[1] Página web de wikipedia del Monte Perdido.